El claustro
El claustro fue construido a finales de siglo XI por el cura Begon III, más abajo del transepto sur de la abacial, pero la mayor parte desapareció a inicios del siglo XIX, por falta de mantenimiento. Sus materiales sirvieron de servían de cantera a los habitantes del pueblo y Prosper Mérimée llega varios años después para salvarlo.
Sólo fueron salvadas al este, dos pequeñas arcadas que daban hacia la antigua sala capitular y, del lado opuesto, las seis aberturas geminadas que comunicaban la galería occidental del claustro y el refectorio de los monjes.
Una trentena de capiteles, provenientes de las arcadas destruidas, se encuentran expuestos en la sala lapidaria en el subsuelo del museo Joseph-Fau. Sobre los equinos y los ábacos, al lado de los temas sobre animales o ángeles, un grupo de mojes constructores, guerreros, así como también acróbatas y los adiestradores de simios, nos hacen revivir la sociedad de este inicio del siglo XII.
Le gran estanque del claustro de serpentina
El gran estanque del claustro, fue restaurado a partir de los elementos de origen.
Ya sea por la calidad de la piedra utilizada – una serpentina de coloración verde oscuro – o por la belleza de su ordenanza y de su decoración con esculturas, este estanque, lamentablemente desprovista de su pilón central, representa un monumento sin equivalente conocido en todo el arte monástico.
La capilla de los abades
Abierta hacia el claustro, la capilla de los abades también llamada del Rosario, es un edificio del siglo XV, dividido en tres arcos incluyendo el del coro terminada con una cabecera plana.
El conjunto de la bóveda, con ojivas entrecruzadas tiene una decoración pintada caracterizada por la asociación de temas religiosos y profanos (a base de grotescos), ejecutada a inicios del siglo XVI, por el abad Antoine de Marcenac.
Las representaciones de la Santa Face y de la Santa Túnica, símbolos de los evangelistas inscriptos en medallones o ángeles músicos se juntan con las figuraciones de seres híbridos o perfiles de poetas de la Antigüedad latina, todo en entorno exuberante hecho con follajes, guirnaldas y otras volutas.